Cerezas

Cuando la abuela Wilfreda aún podía correr, y cuando digo correr me refiero a andar deprisa, esperaba a que estuviésemos subidos al cerezo, con las risas atragantadas a huesos que nos escupíamos, (el que tenía mejor puntería ganaba el botín, kilo y medio de cerezas y un fuerte dolor de delicioso empacho). Entonces la abuela salía "corriendo" por el camino de la huerta y todos saltabamos al suelo, dispersándonos a porrazos de caña de bambú mientras las risas seguían, entrecortadas por quejidos y cardenales. Nunca me he reído tanto.
La vieja nos seguía hasta que ya no podía más, el palo en alto, gritando sinvergüenzas. Una hora después nos daba la merienda para que escucháramos sus historias de Cuba; más risas en cuanto se ponía a recitar habaneras improvisadas que disimulabamos a bocados, ansiosos de tantos juegos. Salíamos bronceados del sol de Varadero, salitre en el pelo y cierto mareo de puro que la abuela fumaba, a caladas largas, como saboreando el único recuerdo que no contaba...
Comentarios
Muxu geriza (cereza)y de postre urrak (avellanas)
Un cordial saludo.
;)
¿Me das una cereza?
Petons i arrumacus.
Estimad@... anónim@... aguda observación ;P Un saludo.
coco... no sé dónde enviarte las cerezas, están en su punto. Lo de la obnuvilación es contagioso??.. jejej Bicos e apertas.
jose peres / O PorkoPek... Bemvido a slesnor se crea. Obrigada pola sua visita e as súas verbas. Bicos e apertas
Creo que voy a echar una lágrimita si me perdonan...
besos
sonrisa... habelas hailas, esas abuelas también tienen su punto... de cocción. Bicos e apertas
denuedo... se agradece el piropo : "preciosa historia". Saludos ;P
Como canta el Serrat (que dudo mucho que te guste): "Creo que entonces, yo era feliz."
A mi abuela la asocio con el secador de pelo; creo que eran las únicas ocasiones en que nos acariciaba, la cabrona. O al menos, las más deliciosas.
Perdona que te robe protagonismo, aunque ya sé que no puedo, lo digo en serio, maestra; pero es que me has tocado bastante el tilín.
Gracias por este post tan bello y tan entrañable. Y ahora no me digas que es mentira.
Un beso.
PD: En lo de Serrat te equivocas.